(Atención,
contiene un poquito de spoiler)
Un hackeo
de celulares exponiendo públicamente fotos íntimas a través de las redes
sociales desencadena la locura y violencia desenfrenada en la pequeña localidad
norteamericana de Salem, ahí donde hace tres siglos perseguían, juzgaban
sumariamente y ejecutaban a mujeres acusadas de brujería. La ciudad entra en
pánico, los vecinos temen ser reconocidos en algunas de estas fotos. Necesitan
resolver esto rápido y para ello nada mejor que encontrar un chivo expiatorio.
Un grupo de
cuatro adolescentes, amigas del colegio que se pasan casi todo el tiempo
mandando mensajitos de WhatsApp, posteando selfis en Instagram, comentando
tweets. Y también en sus primeras exploraciones sexuales. Se encuentran así
repentinamente en medio de una rabiosa purga, una especie de guerra civil entre
hombres y mujeres. En este sentido hay algún punto de conexión con el
desarrollo que sobre esta temática hizo Nieves Soria en su seminario Mutaciones
del Parlêtre al referirse a la película de Louis Malle “El unicornio”. Claro
que la película que comentamos ahora presenta otras coordenadas espaciales y
temporales: estamos en la Norteamérica trumpeana, y en pleno auge del
movimiento #metoo y del LGBTI+, pero también ofrece interesantes perspectivas
para pensar la cuestión del falo femenino, del Goce del Otro, y un malogrado
semblante de patriarcado.
Assassination
Nation (estrenada como “Nación salvaje” en España, actualmente en streaming por
Amazon Prime) es el título de esta última película del joven y talentoso
director Sam Levinson.
Imágenes
fuertes, sexismo, drogas, violencia, supremacismo blanco. Estas cuatro amigas, generación
Z, ya decididamente hijas de la época,
de Internet, le plantan cara a la violencia machista en una sociedad
desquiciada por la exhibición de sus secretos.
La
presencia del goce fálico es indudable, del lado de los dos sexos anatómicos. La
no-relación sexual puede, como explica Miquel Bassols en su libro “Lo femenino,
entre centro y ausencia”), dar paso a la violencia de género y a través del
pasaje al acto echarle la culpa de esta no-relación a lo femenino. Pero también
hay un rebelarse, enfrentarse al Goce-del-Otro.
Ahí es donde se abre la puerta a lo femenino o por lo menos creo que es lo que
plantea la película.
Lo
interesante es que, en esta deformación atroz del patriarcado, estas cuatro
amigas no buscan una salvación individual, sino que grupal, colectiva. Si bien
la respuesta sigue siendo violenta (en este sentido parecería que para la
película no hubiera otra salida que responder a un pasaje al acto con otro pasaje
al acto). Pero se pone en juego un Otro
Social desde lo femenino y como respuesta a la manada machista. En este punto
de acción colectiva por parte de mujeres frente la violencia machista se parece
un poco a la notable serie: “Too old to die Young” de la que me ocuparé en otro
post.
Encuentro
así cierta diferencia con la película “Under the Skin” en la que respecto de la
violación hay una sutil, metafórica, revancha individual que sin embargo no
alcanza para salvar a una mujer de su destrucción final. En Assassination
Nation las mujeres ganan colectivamente
y de los hombres sólo se salva uno, aquel que tuvo un momento de algo parecido
al amor con la protagonista. Ese sentimiento le permitió seguir viviendo.
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