Berlín, sept. 2015
Para mi hija Julia, alentándola en su interés por el mundo de la comunicación y la
moda.
Moda
y Psicoanálisis
Breve comentario sobre el libro “Fashion and Psychoanalysis” de Alison
Bancroft. Publicado en inglés por I.B.Tauris, London-NY, 2010.
Fue a través de los colegas del Dpto. post-doc de psicoanálisis de la
New York University que tomamos conocimiento de esta obra que desde su título
atrajo nuestra atención, cual vidriera de la 5ta. avenida. La moda, sin duda un campo poco
explorado dentro del psicoanálisis en extensión.
Su autora, Alison Bancroft, reside en Londres, es escritora y crítica
cultural. Se interesa especialmente por los enfoques interdisciplinarios del
arte contemporáneo, en especial la cultura visual. A ella agradecemos además el
habernos dado su consentimiento para esta reseña en castellano. Y si en el exordio encontramos un agradecimiento a
quien le enseñó el buen-vestir, éste quizás ya nos coloca en el camino del
buen-decir. Escrito en un pulcro inglés, se trata de un texto claro en el que
se pueden encontrar interesantes indicaciones sobre la historia de la moda, el arte visual y la teoría psicoanalítica, con
abundantes referencias a Freud, Lacan y otros psicoanalistas. Y por supuesto la
detallada descripción de ciertas colecciones de moda paradigmáticas a los fines
de este ensayo.
Y cuando decimos historia de la moda nos referimos a un recorrido muy particular que podríamos señalar
como el que va de la sexualidad femenina a la sexuación femenina.
Respecto a la tesis que propone el libro: se presenta a la moda en su
forma estética y creativa (al modo de un arte) antes que desde la perspectiva
de objetos de venta en la sociedad de consumo. La premisa de que la moda, por
sus propiedades estéticas, es algo distinto de la mera vestimenta es central en
este libro. La moda le agrega un “plus” a la prenda de vestir. El estudio de la moda que propone el libro se
enmarca en la innovación en la decoración de la superficie del cuerpo y a la
amplia respuesta social y cultural que causa esta innovación. Pero
especialmente en este contexto será el sujeto que viste y el acto de vestir
esencial para comprender a la moda. No alcanza con analizar solamente los
objetos producidos. Introduce así la dimensión subjetiva.
El libro se propone entonces abordar a la moda como una forma creativa,
realizada en el cuerpo y que articula lo femenino de maneras disruptivas e
innovadoras. El marco teórico con el que se relacionarán moda, psicoanálisis
y arte se inspirará especialmente en la enseñanza que nos legó Jacques Lacan con las fórmulas de la sexuación
y cuando abordó la obra escrita de James Joyce para tratar de dar cuenta del
concepto de sinthome.
Bancroft también cita los primeros trabajos que, desde el
psicoanálisis, incursionaron en el mundo de la moda, a saber: los pioneros J.C. Flügel (Psychology of Clothes,
1930), Edmund Bergler (Fashion and the Unconscious, 1953) ,Dani Cavallaro y
Alexandra Warwick (Fashioning the Frame:
Boundaries, Dress and the Body, 1998), entre
otros. Además de apoyarse puntualmente en la obra de Charles Baudelaire, Marcel
Duchamp, Antonin Artaud, Roland Barthes. Se describirá el desplazamiento que tuvo la
moda desde indicar la pertenencia a una clase social hasta empezar a dejar más
claramente en evidencia su relación con
la femineidad.
Esta femineidad se definirá en tres niveles: como incumbiendo a
sujetos femeninos, habitualmente mujeres, pero no de manera exclusiva;
perteneciendo de manera contingente al cuerpo; y como proponiendo una lógica
imposible y contradictoria. En otras palabras, una femineidad que tomará sus
desarrollos a partir del seminario XX de Lacan. Se tratará de una articulación
inconsciente en el ser hablante más allá de todo determinante biológico /
anatómico. Una femineidad lacaniana y no del estilo Baudelaire para quien la
moda apuntaba directamente a la
femineidad exclusivamente ligada con la
mujer en sentido biológico.
En este marco se tratará de relacionar a la femineidad con la moda
entendida como la innovación en la superficie decorada del cuerpo de la sexuación
subjetiva.
El desarrollo de estas ideas se repartirá en cuatro capítulos buscando
en cada uno contrapuntos entre conceptos centrales del psicoanálisis y las obras
de diferentes diseñadores de moda y renombrados fotógrafos de modas como Nike
Knight, John Galliano, Alexander McQueen, Leigh Bowery y Hussein Chalayan.
Estos profesionales de la moda han entendido a la misma como la decoración de
la superficie del cuerpo antes que como una empresa industrial. A criterio de
la autora prevalece en ellos el lado-arte de la moda.
Estos capítulos a su vez recorren de alguna manera la obra de Lacan a
lo largo de los tres registros: imaginario, simbólico y real. Y desarrollando
especialmente cuestiones vinculadas a las nociones de identificación, deseo y sinthome.
El primer capítulo entonces se apoya en nociones provenientes de la
clínica de la histeria para dirigirse a lo femenino en juego, tomando como
principal referencia al sector de la fotografía de modas. Se ocupa p.ej de
la tensión del movimiento que va del estadio del espejo organizador del “moi”, apelando a un yo unificado, a las
formas actuales de la fotografía que ponen más en evidencia la división del
sujeto. El cuerpo ya no aparece como un todo unificado sino que se presenta a
veces como sugerido, insinuado por partes, privilegiado por zonas erógenas en
los que la pulsión deja la marca de lo parcial por sobre el ideal del amor
genital heterosexual cuya norma prevaleció en la moda hasta mediados del siglo
XX. Efectos de anamorfosis, donde un “eso
nos mira” ponen en juego la esquizia entre el ojo y la mirada. También se
considera a la moda en su función de cuestionamiento al saber del amo actual, manteniendo la forma
de resistencia por parte de lo femenino contra su silenciamiento simbólico. El cuerpo
habla porque hay algo imposible de decir, y esto es lo que la moda, a través de
la fotografía contemporánea estaría reflejando.
(Foto de Richard Avadon, 1947, en una época en que la moda y la
femineidad eran organizados en una escena
mirada en términos edípicos)
|
En el segundo y tercer capítulo se estudiará la moda en relación al
deseo tanto del lado hombre de las formulas de la sexuación como del lado
mujer-no-toda. Y pensando a la homosexualidad dentro de esta lógica. Y si de
moda hablamos bien vale poner en juego al género, no solo con el que se
confeccionan las vestimentas sino más bien de quien las porta. Pero se trata
ahora de un género subjetivo. Y la autora se detiene en articular las
enseñanzas de Lacan en torno de la sexuación subjetiva en vez de una sexualidad
determinada por la biología, anatomía o ideales socio-socioculturales. Así la
relación de cada ser-hablante con el falo y el objeto “a” será protagonista de
lo que el psicoanálisis descubrió en
cuanto a la posición sexual de un sujeto en relación al deseo y sus respectivos
modos de gozar. Queda así por abordar el tema del goce femenino suplementario
en contraposición al goce fálico.
Foto: Nick Knight, gentileza SHOWstudio.com / La moda comienza a reflejar singularidades de la época: Una mirada descentrada, la vestimenta-objeto velada, esfumada. |
Y de esta manera llegamos el último capítulo que articula la noción de
sinthome que Lacan introduce en el seminario XXIII, especialmente en tanto
significante con resonancias en el cuerpo. Comienza con una lectura crítica a
los desarrollos que Roland Barthes llevó a cabo sobre la moda. Barthes en sus
trabajos ( Mythologies, 1957 y The Fashion System,1967) estudió las tapas de
las revistas de modas para concluir que “sin discurso no hay moda”. En este
marco la moda sería un lenguaje derivado de una “lengua materna original” a
saber: la indumentaria original. De esta
manera la moda tendría un determinante exclusivamente simbólico. Bancroft en
cambio intentará demostrar que el lenguaje de la moda, al igual que el lenguaje
de James Joyce, presenta una incidencia de lo real. Para ilustrarlo se servirá
especialmente de la obra del diseñador Hussein Chalayan. La moda entendida como
un lenguaje que tiene incidencia.en el cuerpo, tanto a nivel imaginario y real.
Y la autora planteará a la moda como el
goce suplementario que ocuparía una función de anudamiento de los tres
registros.
Hussein Chalayan, salón de la moda NY 2015, gentileza VOGUE.com / el cuerpo-máquina y sus zonas erógenas |
A lo largo del texto encontraremos otros interesantes temas como la
cuestión del tatuaje, la relación con la sublimación, los cambios que el 11/9
introdujo en la moda (en especial en cuanto al uso del velo).
Si bien el marco teórico en el que la autora despliega sus ideas
refieren en gran medida a un Lacan de inspiración zizekeana, y que por lo tanto
podríamos hacer, dentro de la orientación lacaniana, una revisión de la manera de pensar ciertos
conceptos (especialmente en relación al conflicto tal como se presenta en la clínica),
lo meritorio de esta obra consiste en tratarse de las primeras aproximaciones
al fenómeno de la moda en términos psicoanalíticos-lacanianos. Estamos más acostumbrados
a pensar la moda desde lo psicopatólogico, ese empuje-al-ideal que tomamos como
referencia en la clínica de los trastornos de la alimentación. En el libro que acabamos
de comentar se resalta más bien el aspecto estabilizador de la moda en tanto
suplencia en la femineidad de la época, en la línea de lo bello que recubre lo
imposible de soportar pero a la vez sugiriéndolo. Es en nuestra opinión un
original desarrollo de la frase de Lacan que encontramos en la obertura de sus
escritos: “ Es el objeto quien responde a la pregunta por el estilo...”. Esta obra presenta en tal sentido un carácter inaugural
que sin duda resultará refrescante para el lector.
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