Abordaremos
hoy las extraordinarias dificultades relacionadas
con la llegada y publicación del Ulysses de James Joyce en los Estados Unidos.
Ya en
otra entrada del blog hicimos una breve descripción del ensayo de Freud sobre el presidente de
Woodrow Wilson. http://claudiosteinmeyer.blogspot.de/2014/07/psicoanalisis-en-la-politica-en-torno.html
Y es
que el asunto que nos ocupa tiene coincidentemente su inicio durante la presidencia Wilson
(Partido Demócrata, 28avo. Pdte de los EE.UU. 1913-1921).
Nos referimos a las complicaciones con la censura que el libro
“Ulysses” debió enfrentar al ser considerado de contenido obsceno. El libro Ulises hizo su entrada en los EE.UU. a
través de la revista The Little Review. Una revista literaria que constituyó
una pieza importante en la propagación del modernismo además de contribuir en
la instalación de temas como el feminismo y el anarquismo. Contó con el apoyo
de importantes escritores como Ezra Pound.
En 1918
la revista inició la publicación por entregas de la obra Ulises que continuó
hasta el 1921 cuando el Servicio Postal -atribuyéndose cierto rol de contralor-
decidió el secuestro de sus ejemplares prohibiendo su distribución por
considerarlo un “material obsceno”. Margaret Anderson, editora de la revista, recurrió a la justicia contra el New York Society for the Supression of Vice pero perdió el juicio en
primera instancia. El último episodio publicado por la revista fue Nausícaa. De
esta manera la prohibición de importar el texto se instaló aún antes de que el
libro fuera terminado por Joyce.
Hay
quienes consideran que la revista fue víctima de la censura más bien por sus
posiciones políticas sirviéndose de excusa la supuesta apología de la
obscenidad que podía imputarse a la obra Ulises.
Todo
este proceso fue seguido muy de cerca
tanto por el propio Joyce como por Sylvia Beach, con consecuencias: Beach
renuncia a los derechos y su explotación comercial quedando Joyce en libertad
de negociarlos con Random House.
En 1933
el asunto llega a una nueva instancia judicial impulsado por Random House. La
editorial contrató los servicios de uno de los más prestigiosos bufetes de
abogados de Nueva York: Greenbaum, Wolff
& Ernst. A través de una simpática estrategia, quizás no exenta de cálculo
en cuanto a los efectos del punto de vista de marketing-publicitario editorial,
se logró re-abrir la causa ahora en manos del juez John M. Woolsey. La demanda recayó sobre el libro, no sobre el autor. El juez finalmente determinó que el libro no presentaba contenido pornográfico/obsceno
y por el contrario rescató su valor artístico-literario. Especial atención
requirió durante la audiencia el análisis del soliloquio final de Molly Bloom.
La
resolución del juez sin duda generó jurisprudencia en cuanto a la interpretación
de la primera enmienda de la Constitución de los EE.UU. que garantiza la
libertad de expresión. Tampoco es de descartar el clima político que pudo haber
ejercido cierta influencia en la resolución favorable del juez, de extracción
liberal, fallando a favor del libro
aprovechando el clima de expansión liberal que ofrecía la presidencia de
Franklin D. Roosevelt.
La resolución del juez fue luego apelada por la fiscalía pero pierde
en la corte de apelaciones por dos votos contra uno, poniendo fin a diez años de
censura del Ulises en los EE.UU. También es de subrayar la coincidencia con una trascendente resolución legislativa que se llevó a cabo en la misma semana en que tuvo lugar el caso
“Ulysses”, a saber: la revocación de la ley de prohibición de venta de alcohol
(Ley Seca).
Bibliografía
consultada:
Notas
personales del curso abierto “ The American Novel Since 1945” – prof. Amy Hungerford, Depto.
Inglés, Univ. De Yale – 2008
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