Autor: Claudio Steinmeyer, Berlín, Diciembre 2013
Los recientes saqueos dejaron expuesta a la luz una verdad histórica:
lo bien armados que van algunos argentinos.
Armas de grueso calibre, automáticas, cortas, largas, con miras teléscopicas,
infrarojas, con laser, con cartuchos de repetición,
con balas explosivas, etc.
Sin duda sería no-tan-necio propagar un mensaje de paz y abogar por el
desarmamentismo ciudadano.
Es un tema que se viene. En las Américas del S. XXI. Aunque en algunos
países como EE.UU o Colombia ya estan haciendo intensas campañas al respecto.
Pero hay también quienes hablan de “armas por la paz”, o del efecto “disuatorio”
que produce el llevar armas. Y aquí se inscribe:
Dear Wendy.
Recomendable película (dirigida por Thomas Vinterberg, el de “La celebración”) para
empezar a debatir en nuestro cenáculo el tema de la violencia generada por
armas de fuego.
Encontramos una singular lectura del guionista, Lars van Trier: mejor no lleves armas si no
sabes hablarle a una mujer. Interesante eh.
Arma potenciadora del eje imaginario cuando se encuentra
fuera de la Ley.
A las armas las carga el diablo, y al diablo le gusta amar, a su
manera claro, la infernal.
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