domingo, 21 de diciembre de 2014

El arco iris de Niuton

para mi hija Diana, en la despedida de su infancía y parte de la mía.


Foto Gentileza David Byrne https://www.youtube.com/watch?v=v8OWpeF8jy0&list=RDv8OWpeF8jy0#t=1


Niuton González es un angelito. Actualmente vive en el cielo. Oriundo de Quilino, un pequeño pueblo al este de la interestatal  60. Allí vivió hasta que, a causa de una oscura enfermedad, tuvo que marcharse. Ya débil, y con la vista apenas pudiendo distinguir vagas sombras grises, una de las últimas cosas que dijo es que daría cualquier cosa por volver a ver los colores.
Cuando llegó al cielo, Dios, sin perder un instante cumplió su deseo y Niuton recuperó su juguetona y ocurrente vista.
Pero claro, Dios, aunque de corazón muy generoso especialmente con los niños, tiene cierta debilidad por mantener ordenado el cielo  y una de las cosas de las que no había tenía tiempo de ocuparse, era qué hacer con los miles de globos que cada día involuntariamente se le sueltan a los niños en la tierra. De tal manera que se encontraban globos por doquier, dando al cielo un aspecto  de saloncito de fiestas de cumpleaños cuando se terminó el festejo, todo desparramado.
Le encomendó entonces a Niuton que se ocupara del asunto y encontrara una solución.
Tras meditar distintas ideas durante un par de días por fin Niuton halló la que más le entusiasmó. Se ocuparia de recolectar todos los días los globos extraviados y los clasificaría en hileras y por colores, de los más claros a los más oscuros.
Así empezó por los rojos, para seguir con los  anaranjados, luego amarillos, los verdes,los azules, los índigos y los violetas.
Pero aquí no terminaba su proyecto. Pensó que al almacenarlos se cubrírían de polvo,  entonces se le ocurrió que los podría lavar los días de lluvia y luego acomodarlos en el cielo en forma de arco para secarlos al sol.
Al resultado lo bautizó el arco iris, para regocijo de aquellos otros niños del mundo que nunca pudieron comprar un globo.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Via di porre y via di levare.

Claudio Steinmeyer, Berlín, Nov. 2014





Henri Gaudier-Brzeska, 1891-1915. Mueseo de arte contemporáneo, Chicago ILL       



 En los Fundamentos de la Técnica Psicoanalítica (H. Etchegoyen) volví a encontrar la importante metáfora que (basado en el modelo de Leonardo) utilizó Freud para diferenciar la sugestión (via di porre, la pintura que "agrega color para modificar la imagen de la personalidad") y el psicoanálisis (via di levare, que resta material al bloque para que aparezca la verdad de la figura).


jueves, 13 de noviembre de 2014

Estrategias I

por Claudio Steinmeyer Berlín, nov. 2014

A propósito del texto Everything You Know About Clausewitz Is Wrong.
http://thediplomat.com/2014/11/everything-you-know-about-clausewitz-is-wrong/



Foto fuente: The Diplomat Magazine / Wikimedia Commons



Interesante artículo por varias razones: en cuanto caso de aplicación práctica de la disciplina del comentario- y por es propio asunto en cuestión: la famosa definición del general prusiano Carl von Clausewitz:  " la guerra es la continuación de la política.... (y acá viene el debate): por / con otros medios". Y efectivamente el original alemán dice "con".
No sólo en inglés sino en castellano se la ha traducido utilizando el “por”.
Me sorprendió encontrar este artículo pues precisamente estoy trabajando el texto de Freud sobre La Negación y la importante articulación que hace Lacan mediante los tres textos publicados en los Escritos.
Lacan recurre a Clausewitz en el punto de la estrategia para el manejo de los sentimientos durante la cura y lo cita diciendo “...la guerra...como el prolongamiento de los medios de la política...”. Sin duda Lacan cotejó el original en alemán.




sábado, 30 de agosto de 2014

GeoBlue & HTH / agreement for psychological coverage , i.e. NYUB students

Berlin, 29th. Aug. 2014
                                                          













I’m glad to announce an agreement with  HTH Health Insurance to provide psychological coverage for their members.  This includes i.e. the students attending the New York University – Berlin Center or Middlebury School students attending the Freie Universität Berlin. For appointments please check  the contact details as shown in the  HTH webpage for affiliates. 
Cordially,
Claudio Steinmeyer (Lpsy)
    

sábado, 19 de julio de 2014

Psicoanálisis en la política: en torno al estudio psicológico sobre el Presidente Wilson (Freud & Bullitt)

por Claudio Steinmeyer, Berlín, Julio de 2014





I) El presidente Thomas Woodrow Wilson abre interrogantes al psicoanálisis

A través de los posts en el blog procuro aportar mis conclusiones sobre un determinado texto teórico, o a veces proponer lecturas nuevas de un texto cuyo sentido quedó demasiado cifrado en determinada dirección, o formular alguna hipótesis de trabajo a partir de un efecto en la actividad clínica.
Pero en este caso me interesó un breve y fascinante fragmento de la historia del psicoanálisis. Un hecho histórico sobre el que no hay abundante documentación y por cierto que no contamos con la posibilidad de consultar a los protagonistas sobre los detalles y razones de sus actos. Disponemos sin embargo de su resultado: un libro y podemos conocer e inferir las circunstancias por el contexto en que fue elaborado.  Tampoco es la idea superponernos con el trabajo profesional que pueda hacer un historiador que cuenta con los apropiados  elementos metodológicos.

Reconociendo estas limitaciones, me conformaré simplemente con señalar algún que otro interrogante y sugerir alguna explicación seguramente difícil de demostrar. Además del placer de compartir con el lector los principales mojones de un suceso en la historia del psicoanálisis calificable por lo menos de enigmático.

Y nos referimos a cuando Freud se metió de lleno en un asunto de política internacional por cuanto la personalidad en juego era la de un estadista. Ni más ni menos que el 28.avo presidente de los EE.UU., Thomas Woodrow Wilson.
Que Freud se haya ocupado en escribir un ensayo sobre un presidente norteamericano, es algo que en este furor noticioso de la “homeostásis de la época” como lo define Randall L. Schweller podría incluso pasar como obvio, pero visto más de cerca no deja de sorprender.
Además presenta la particularidad de que al igual que los Estudios sobre la Histeria, es de los pocos textos freudianos firmados en conjunto con otro autor.

Empecemos con una rápida semblanza del ex-presidente Wilson y hechos acontecidos durante su administración:
 Fue miembro del  Partido Demócrata / 28. presidente de los  EE.UU. ganando dos elecciones con las que se mantuvo en el cargo de 1913-1921, es decir que buena parte de su mandato coincidió con el desencadenamiento, desarrollo y epílogo de la I. Guerra Mundial en la que la participación norteamericana resultó decisiva para la victoria de los aliados /  Impulsó la ley seca / Promovió las primeras  intervenciones militares en Latinoamérica  / Mantuvo políticas raciales segregacionistas, aunque por otro lado abrió por primera vez la posibilidad de que miembros de la comunidad judía accedieran a puestos políticos /Obtuvo el premio Nobel en 1919 por su impulso a la Liga de las Naciones, precedente institucional de la actual Organización de las Naciones Unidas - ONU / Impulsó el voto directo para la elección de senadores / Se implementó el sufragio femenino / Inauguró el canal de Panamá / Fue el primer presidente norteamericano en tener una audiencia con el Papa / Prohibió el trabajo en la infancia.

Pero lo que más interesa para el presente estudio es que decide la participación de EE.UU. en la I Guerra Mundial llevando  a ésta rápidamente a su fin con la capitulación de Alemania y la firma del tratado de Versalles que por cierto el Congreso de EE.UU. nunca ratificó.
Antes de adentrarnos en los contenidos del libro, trataremos de situar el contexto en que se desarrolla su historia  ayudados por las habituales fuentes biográficas:  E. Jones, P. Gay, correspondencias, la autobiografía y la Historia del movimiento psicoanalítico (S. Freud).

Entonces la pregunta que de alguna manera utilicé como brújula es: ¿qué pudo haber causado a Freud para involucrarse en el estudio de la personalidad de Wilson?  
El proyecto de hacer un libro sobre Wilson se remonta al comienzo de los años veinte. Precisamente en Berlín, ciudad a la que había ido Freud para someterse a una de las cirugías relacionadas con el carcinoma en su paladar.
Fue entonces que William C. Bullitt aprovechó para hacerle una corta visita y donde la idea del proyecto surgió por primera vez. Bullitt era un periodista y diplomático norteamericano vinculado al partido demócrata. De hecho se desempeñó como  uno de los colaboradores de Wilson hasta que le presentó su renuncia en 1919 por desacuerdos con su política exterior. Pero además Bullitt era analizante de Freud, por lo que la idea del proyecto se profundizó en posteriores sesiones en Viena. Es decir que a través de Bullitt, la crème de la crème de la política norteamericana y el psicoanálisis se aproximaron como nunca antes.
La idea original de Bullitt era escribir un libro en torno del Tratado de Versalles y sus protagonistas incluyendo al presidente Wilson, además de Clemenceau, Orlando, Lloyd George y Lenin. A partir de la complementación con Freud, acordaron sin embargo en centrarse exclusivamente en Wilson.
No obstante la conocida opinión de Freud respecto a “no utilizar al psicoanálisis como arma en polémicas sobre política” y por otro lado su renuencia a escribir ensayos psicoanalíticos sobre personalidades en vida, curiosamente aceptó sumarse a la propuesta.
Pero no fue hasta 1930 que ambos comenzaron a redactar sus respectivos borradores que luego compaginarían en reuniones personales además de discutir y responsabilizarse recíprocamente sobre los contenidos.
 En 1930 Freud le escribe a Arnold Zweig diciéndole que se embarcó en un proyecto “casí político” y excusándose de no poder brindarle mayores detalles.
  

II) Acerca del texto:

 El libro consta de tres partes principales: Introducción, Recopilación de datos, Estudio psicológico. Siendo la primera la única que fue firmada sólo por Freud. El resto del libro no refleja el estilo ni el sello personal de Freud.
Aún así incluso la introducción presenta por momentos un estilo un tanto alejado de la clásica prosa freudiana. Pero pensar que el texto fue retocado con posterioridad al fallecimiento de Freud nos llevaría a un terreno absolutamente pantanoso. Así que lo tomaremos a la letra. Freud reconoce en el primer párrafo que la figura de Wilson le resulta antipática: por su declaración de ser el hombre elegido por Dios para conducir los destinos de EE.UU., por su tendencia a anteponer los deseos personales por sobre los hechos de la realidad que lo lleva a distorsionar la verdad “La compulsión a decir la verdad, tiene que tener puntos de fijación ética, pero por cierto apoyarse también en el respeto por los hechos.” (1)  Notemos de pasada este interesantísimo detalle freudiano que refiere a la “compulsión a decir la verdad” - y no a la compulsión a mentir -.
Pero luego Freud escribe que a medida que se adentraba en los detalles del personaje empezó a sentir cierta simpatía por Wilson, pero una simpatía mezclada con la compasión, como la que se puede sentir por el personaje del Quijote de Cervantes.
Luego de que Freud hace una breve descripción de su compañero de equipo Bullitt, viene el párrafo más llamativo de toda la introducción. Quizás el verdadero momentum político del propio Freud en el texto, y es cuando de alguna manera trata de despegar al psicoanálisis a raíz de su propia participación personal en el texto sobre Wilson: (traducción libre que hago sobre la edición alemana): “ Quizás critiquen los lectores  que presentemos nuestro texto como un “estudio psicológico” que sin embargo aplica puntos de vista psicoanalíticos sobre su objeto de estudio y que utiliza sin restricciones premisas y términos psicoanalíticos. Esto no ha sido una deformación forzada para evitar prejuicios por parte de la opinión pública. Al contrario, esta denominación debe llevar de un modo inequívoco a la convicción de que el psicoanálisis no es otra cosa que psicología, precisamente una parte de ella, y que en un estudio psicológico pueden usarse, sin pedir disculpas,  métodos psicoanalíticos cuando se trata de reconocer los profundos hechos anímicos.......”. (2)
Los últimos párrafos de la introducción, Freud los utiliza para desterrar la idea de que el objetivo del estudio haya sido demostrar la “patología” del estadista, precisamente porque el psicoanálisis hace tiempo que borró los límites entre lo normal/anormal identificando puntos neuróticos en cualquier personalidad.

En el capítulo siguiente Bullitt lleva a cabo una recopilación de los principales datos biográficos de la infancia y juventud de Wilson en el que se destaca principalmente el haber sido hijo de un pastor presbiteriano.
 En cuanto a la parte “psicológica”, el estudio se inscribe en el marco teórico posterior al “Más allá del principio del placer”, y hace hincapié en la cuestión  “económica” de la cantidad de libido a disposición de un sujeto.
En el análisis estructural, el estudio se centra en el complejo paterno de Wilson, una tendencia a la posición de mártir, y que nunca pudo ir más allá de la identificación al padre, pastor presbiteriano, en el que Wilson no veía ni más ni menos que a Dios. Y como hijo de tal, su identificación con el papel de Cristo era inevitable.  En resumen Wilson permaneció en lo inconsciente como un niño guiado por la búsqueda de amor  y a la vez temiendo la traición de sus pares como principales leitmotivs psicológicos. 
El odio al padre era canalizado a través de la actitud hostil hacia las personas y de ahí su predisposición a la guerra.
Sería muy interesante, pero para otra oportunidad, leer esta suerte de “biografía clínica” con nuestros actuales recursos teóricos y buscar cuál fue en definitiva la “solución Wilson” que le permitió anudar los tres registros de modo tal de no sólo evitar descompensaciones de gravedad, sino además llevar una vida relativamente exitosa.


III. Política del psicoanálisis y la Casa Blanca

En definitiva el ensayo no tiene nada de escandaloso y bastante de caricaturesco, como para justificar el lapso de diez años transcurridos desde que Bullitt y Freud hablaron por primera vez del proyecto hasta que el manuscrito queda terminado en 1932. Y es recién en 1938, en Londres, que el texto es finalmente autorizado por Freud.
Ocurrió que entre 1932 y 1938 surgieron importantes discrepancias por parte de Freud que casi hacen naufragar el estudio.
Se puede percibir como Freud trató de ralentizar todo lo posible la publicación del estudio.


Es aquí interesante situar los dos momentos clave aprovechados por Bullitt  para sacar adelante su proyecto. Dos momentos en los que podríamos entrever cierta posición de debilidad de Freud como para que Bullitt lograra sus objetivos.
El primero, como ya dijimos se sitúa a comienzos de los años veinte. Con una Europa aún trastocada por la Gran Guerra y sin duda comenzando a padecer las enormes restricciones económicas impuestas por el Tratado de Versalles, generando un agudo descontento social el cual era común que se exteriorizara a través de expresiones antinorteamericanas.
Coincide además con el momento en que Freud tiene su primer encuentro con lo real del cáncer  y comienzan las primeras de una larga serie de intervenciones quirúrgicas. Además Freud se hallaba sumido en las preocupaciones económicas ya que,  al igual que tantas otras empresas en esos duros tiempos, la Editorial Psicoanalítica se encontraba en una complicada situación financiera y en la incesante búsqueda de recursos económicos que le permitiera sobrevivir. Quizás Freud consideró aquí la posibilidad de acceder a cierta liquidez  desde EE.UU. en concepto de adelanto de derechos, aunque este recurso no se aplicó hasta 1931 cuando la editorial estaba dirigida por su hijo mayor, Martin.
Retomando el hilo de aquellos primeros años veinte y según Bullitt, Freud se encontraba un tanto cansado de vivir, apesadumbrado, y fue su proyecto lo que renovó en Freud las ganas de trabajar. Recuerda Bullitt como a Freud le volvieron a brillar los ojos cuando le habló por primera vez del proyecto.
Del lado de Freud la versión tiene otro color y es que Bullitt lo convenció de sumarse.
Pero sin duda que el que volvía a la carga una y otra vez con el tema era Bullitt. Freud estaba muy ocupado construyendo y desarrollando las consecuencias de su segunda tópica.
Es recién en el lapso 1931-1932 que el manuscrito es iniciado y terminado y como dijimos más arriba Freud recibe los primeros beneficios económico-editoriales.
Pero aún así no se decide a presentarlo ante la opinión pública y cambia algunos párrafos ante los cuales Bullitt se opuso rotundamente.  Y así el libro entra nuevamente en un impasse.

Bullitt entonces retorna a los EE.UU. a participar de la campaña electoral del presidente Franklin. D. Roosevelt quien resulta elegido y  Bullitt es nombrado embajador en París. Nos acercamos al segundo momento aprovechado por Bullitt para obtener el consentimiento de Freud. 
Desde su posición como diplomático,  en 1938 participa activamente en las negociaciones con la Austria ocupada por los nazis para autorizar la salida de Freud y su exilio en Londres, operación que por cierto fue también intensamente apoyada por la princesa Marie Bonaparte. Fue entonces en  Londres donde Bullitt retoma el tema del manuscrito y sin mayores dilaciones Freud aprueba el texto tal cual lo habían dejado y decide retirar los cambios propuestos.
Acuerdan, eso sí,  no publicarlo mientras viva la segunda esposa de Wilson.
 ¿Por qué  entonces tantos años de insistencia por parte de Bullitt? Podemos  suponer ciertas motivaciones políticas, acaso escalar posiciones en el Partido Demócrata buscando dirimir cierta interna política para lo cual proyectó este texto sobre Wilson y al que, para darle “apariencia científica”,  se le hacía importante la participación de Freud.

Pero del lado de Freud las motivaciones son más difíciles de suponer. Se pueden aducir las razones económicas ya citadas. O también  considerar que fue la oportunidad que encontró Freud para dar rienda suelta a su “antianortemericanismo”.
Al respecto recordemos que en la época en que se desarrolla esta historia el sentimiento antinorteamericano era compartido por muchos ciudadanos europeos en respuesta a la crisis económica en que se hallaba sumida Europa. Era común la crítica a los EE.UU. en términos de superficialidad e interés en el dinero. Y Freud no era ajeno a esta atmósfera.
 Freud también criticaba en los norteamericanos su propensión a transferir el principio democrático a la ciencia “...cada uno deber ser alguna vez presidente, ninguno puedo permanecer mucho tiempo en el cargo...ninguno destacarse por sobre los demás...y así estudian y trabajan sin aportarse nada entre ellos mismos...”.
Palabras muy duras, incluso políticamente arriesgadas, escritas por Freud en carta a Sandor Rado.
Otro nivel de desencuentro entre los EE.UU.,  y Freud era, y éste quizás más justificable desde el punto de vista psicoanalítico, la cuestión del psicoanálisis laico, el debate por preservar al psicoanálisis de las garras de la administración médica.
En una de las cartas a Fliess describe a Norteamérica como “regida por el dólar” o en otra a Arnold Zweig la describe como el Anti-Paraíso.
Pero por otro lado hay elementos que cuestionan este antinorteamericanismo de Freud, no sólo porque numerosos pacientes de Freud eran de origen norteamericano.
Tanto en la Historia del movimiento Psicoanalítico (1914), como en la Autobiografía ( 1924), no se encuentran esta clase de comentarios ácidos que estuvimos describiendo. Al contrario refiere con beneplácito la honorífica recepción académica de la que fue objeto en ocasión de la invitación al XX aniversario de la Clark University. De hecho Freud , a la hora de mencionar a  algún país poco receptivo del psicoanálisis, menciona a Francia. Y en la autobiografía  dice que al subir al estrado en Clark sintió que creía “asistir a la inverosímil realización de una fantasía optativa”. Recordemos que el propio Freud había evaluado seriamente, a poco de graduarse, emigrar a los EE.UU.
Ni mencionar que la participación norteamericana permitió abreviar enormemente  la duración de la espantosa  I Guerra Mundial permitiendo salvar numerosas vidas, incluídas las de los propios hijos de Freud.
 ¿Era acaso este antiamericanismo cierto semblante frente al ala izquierda de su propio movimiento? Sabemos que Freud solía hacer concesiones personales en pos de expandir y salvaguardar el futuro del psicoanálisis. Pruebo de ello ha sido la malograda sociedad con Jung, en quien creyó encontrar la base “aria” que necesitaba el psicoanálisis para escapar de la crítica antisemita.
Quizás Freud intuía que el futuro del propio psicoanálisis podía encontrarse en el nuevo mundo. Muchos psicoanalistas emigraron a EE.UU, y serían en parte los protagonistas del boom del psicoanálisis en los años cincuenta, tanto en Nueva York como en  Hollywood. Época de la cual el caso Marilyn Monroe es un buen exponente y que ya tratamos en otro lado: http://claudiosteinmeyer.blogspot.de/2011/06/el-caso-marilyn-monroe.html
Sin duda esta inmigración psicoanalítica  marcó una época, una forma de transmitir el psicoanálisis de la que tanto se ocupó Lacan en sus primeros años de enseñanza agrupados bajo el slogan del Retorno a Freud.
Tal vez su compromiso con el Proyecto Wilson obedecía a cierta estrategia de entretejido con el más alto nivel de la casta política norteamericana a los fines de facilitar la supervivencia del psicoanálisis ante un eventual derrumbe europeo.
Y si es así, razón no le faltó.  Estimadísimos colegas de Freud encontraron refugio en los EE.UU a raíz de sus exilios de la Alemania nacional-socialista
En parte él mismo pudo hallar a través del Presidente Roosevelt su salvoconducto a Londres.
En mi opinión, y como lo destaca  Lacan (3), si el psicoanálisis fue lo suficientemente sensible como para no dejar a ninguno de sus miembros en los campos de concentración,  quizás el Estudio sobre Wilson haya aportado su granito de arena para que esto así sucediera.



BIBLIOGRAFIA  CONSULTADA:

- (1) (2) Thomas Woodrow Wilson. Der 28. Präsident der Vereinigten Staaten von Amerika- Eine psychoanalytische Studie * (traducción personal de la versión alemana)
-         (3) Proposición del 9 de octubre. 1ra. versión.  Jacques Lacan
-         Historia del movimiento psicoanalítico. Sigmund Freud
-         Autobiografía. Sigmund Freud.
-         Freud, Eine Biographie für unsere Zeit. Peter Gay.

(*)Nota a la edición alemana: 
Sin duda que dentro de la propia temporalidad que presenta la misteriosa historia de este texto, la versión alemana, con su primera edición de 2008,   no es una excepción. Y la tapa presenta una curiosidad (no hace falta saber alemán para advertirlo) y es que lo anuncian como un estudio “psicoanalítico” en lugar de, como dice el original, “ psicológico”. Y esto no es un minucia habida cuenta de que el propio Freud, en la introducción, le dedica un párrafo entero a explicar porque habla de “psicológico”. Sin duda intuía la controversia que despertaría su publicación.
Quizás en Alemania supusieron alguna razón de marketing que impulsaría aún más las ventas, pues se publicó en forma simultánea al libro “Bush en el diván” del psicoanalista norteamericano Justin A. Frank.  




lunes, 2 de junio de 2014

Psicoanálisis y Educación / Comentarios sobre el libro "Violencia en las escuelas" - Mario Goldenberg et al.


 por Claudio Steinmeyer. Berlín, junio de 2014

“Allí donde haya un adolescente, que haya un adulto que no abdique”  Donald Winicott (citado en el trabajo de Baldini/Eante incluído en el presente libro).




Si es cierto que a los libros hay que dejarlos respirar un tiempo antes de evaluar sus efectos, con éste sin duda que cumplí. Ya que hace casi dos años que Mario Goldenberg tuvo la gentileza de hacerme llegar un ejemplar hasta Berlín.


Comentaremos entonces hoy el libro „Violencia en las escuelas” con textos compilados por el psicoanalista argentino Mario Goldenberg. Textos de diversos autores que constituyen un esfuerzo del psicoanálisis de orientación lacaniana de abordar el problema de la violencia actual en las instituciones educativas.
Ya desde el inicio Mario Goldenberg, en su capítulo que hace de apertura del libro:  Violencia, escuela y la subjetividad contemporánea,  sitúa la cuestión de la violencia en las escuelas como un síntoma social. Por cierto que también hay otros fenómenos produciéndose  en las escuelas pero sin duda ninguno tan dramático, trágico y espectacular como el de la violencia.
Síntoma social. Se anuncia aquí la complejidad de su abordaje, el entrecruzamiento de  la pedagogía, la sociología, la antropología,  la política, el derecho, la economía, además del psicoanálisis. Y se definen las coordenadas teóricas  de la época y que enmarcarán los diferentes ensayos a lo largo de las páginas del libro: el discurso capitalista, la revolución tecnológica que introdujo internet con el uso masivo de las redes sociales, la exaltación de la industria del entretenimiento,  la declinación de los semblantes y sus efectos en las nuevas subjetividades.

Para ello el autor se sirve, en parte, de la película documental  “Elephant” de Gus Van Sant y que testimonia  la tremenda matanza acontecida en el instituto Columbine (Colorado, EE.UU.) sucedida en 1999 en manos de dos estudiantes del mismo instituto y que asesinaron a trece personas. En opinión de Goldenberg, el documental refleja un hecho muy significativo: casi no hay padres. Y señala el modo en que la masacre se desencadena sin preámbulo.
El autor destaca como punto más espeluznante el hecho de que en Columbine no se trató de una especie de delirio satánico, ni de reivindicación. Ni mucho menos de motivaciones políticas como si se tratara de un acto de guerra o terrorista. Lo hicieron... por diversión.
Goldenberg plantea entonces una doble ética que atraviesa la institución educativa: la de la generación de los padres ligada a la ética religiosa, el sacrificio, el estudio, el trabajo. Y por otro lado la ética del capitalismo en la generación actual y que se sostiene en la diversión, pero una diversión devenida en un mandato de goce en el que no se renuncia a nada. Una de las preguntas que se aborda y que lamentablemente tan a menudo se escucha por parte de los alumnos es:  ¿para qué sirve estudiar?  Estudiar en esta época no garantiza nada.
Y el asunto de la cuestión mediática, del rating que asegura la difusión de la violencia escolar a través de las redes sociales. Finalmente el autor se refiere a la declinación social de los semblantes como explicación  de estas nuevas formas de subjetividad en las que en algunos chicos se expresan a través de la violencia.

El siguiente capítulo, del psicoanalista José R. Ubieto,  precisamente pluraliza el fenómeno al hablar de las violencias escolares para dar cuenta de la diversidad de significaciones y de usos sintomáticos por parte de los sujetos.
Javier Garmendia avanza en la profundidad teórica del fenómeno al articular la función actual del superyó en relación a las dificultades que el amor encuentra en la época, con lo que se complica la operación en la que  “el amor permite al goce condescender al deseo”.
Los respectivos trabajos de Alejandra Glaze y Germán García que van desde la idea de una época en la que el “Otro no existe” hasta el interesante contrapunto de  la educación “socrática”, el arte de enseñar, en una era en la que “Internet es un maestro que enseña todo a un alumno que está solo..”.
Sigue la sútil distinción que realiza Mercedes Sánchez Sarmiento entre agresividad y violencia.
Gisela Laura Baldini y  María Natalia Eandi Bonfante interrogan la noción de autoridad: la carencia del Ideal del yo que debilita las identificaciones grupales.
Respecto del tema de la industria del entretenimiento que prenuncia Mario Goldenberg en su capítulo, es profundizado por  Ana Laura Vallejo haciendo un interesante recorrido por su par dialéctico: el aburrimiento en relación a la subjetividad. Tema que continúa Sofía Peralta Ramos al relacionar la violencia con la diversión apelando al interesante concepto de “muchedumbres solitarias”.
El texto de María Paula Castro, Valeria Lamota e Isabel Carraro, Adolescencia en la hipermodernidad,  continúa de algún modo una de las ideas planteadas en al capítulo de Germán Garcia, en lo referente a la irrupción de lo real de la genitalidad en la adolescencia y donde los fantasmas de la infancia desfallecen dejando al adolescente frente al no saber pero a la vez sin referencia a la palabra en la época en la que “no hay Otro”.
Cierran el libro los capítulos de Andrea Botas –ella aborda la paradoja capitalista que encierra el consumo de seguridad en función de la violencia, haciendo de ambos un problema de tipo político. Y el capítulo sobre Responsabilidad, Culpa y Castigo, de Claudia Moggia, Noemí Firma Paz y  Blanca Favazza en el que hacen un claro recorrido en las diferencias que el psicoanálisis propone entre estos conceptos.

Como podemos ver se trata de un libro fundamental para establecer las bases de  las primeras aproximaciones psicoanalíticas de orientación lacaniana al fenómeno /síntoma de la violencia/violencias en las escuelas. Tal vez privilegiando una de las posibles vías de acceso a la comprensión del fenómeno a escala general, recurriendo al operador teórico del discurso del capitalismo con sus nuevos efectos en la subjetividad de la época: la erosión de los semblantes, la vacilación de la imago paterna, el empuje al goce / consumo.
Sería interesante –pensando en futuros proyectos de investigación – someter dichas hipótesis a la luz de la experiencia de otras sociedades aparte de la argentina y norteamericana,  e investigar un poco la repartición de fenómenos de violencia entre escuelas públicas y escuelas privadas.
También creo que podemos extraer conclusiones nuevas al acercarnos  un poco a la clínica del caso. En la tragedia de la escuela de Columbine, en la que el cineasta Gus van Sant y tal como lo destaca Mario Goldenberg, muestra un desierto de padres, hay  sin embargo varios videos grabados por los perpetradores de la matanza, con claros mensajes a los padres pidiendo disculpas. Además de hallarse ciertos elementos discursivos de identificación con un Otro sin barrar, con un “Dios capaz de decidir la vida y la muerte” (sic).
Otra vía que me resulta interesante para su análisis es la estrictamente  pedagógica. Ya que por un lado asistimos a dichos de algunos alumnos: ¿para qué ir a la escuela? ¿de qué sirve estudiar si todo esta en google?  Pero al mismo tiempo  -casi paradójicamente- asistimos a lo que Lacan denominó el boom de la Universidad (y que Germán García lo menciona en su texto).

Y acercarse a los relatos de los docentes, alumnos y padres e interrogar un poco el estatuto actual de la “administración del saber”. Siguiendo un poco el recurso a la cinematografía contamos con la película Detachment de Tony Kaye, donde quizás se acentúan otros aspectos de la escuela que los ligados estrictamente al saber - un poco en la línea que sugiere el epígrafe,  es decir como  “acompañar al adolescente hasta la otra orilla”.







sábado, 10 de mayo de 2014

Elogio de la maleta con ruedas (clínica del sinthome) / PSICOANÁLISIS y LITERATURA: Crossroads

PSICOANÁLISIS y LITERATURA: Crossroads


por Claudio Steinmeyer  / Intervención en la mesa redonda de la muestra atística “Valijas” celebrada en la Kamin Fabrik (Berlín) el 24.04.2104





Como de costumbre intentaré transmitir al público no habituado a nuestro lenguaje, alguna  reflexión que le permita familiarizarse con nuestros conceptos psicoanalíticos. En este caso, el sinthome que no hemos de confundir con el concepto de síntoma.



Estamos entonces hoy con las maletas, las valijas, el equipaje y su relación con la creación artística.

¿Qué se puede decir desde el psicoanálisis que no resulte necio sobre las valijas y el arte? Qué puedo decir yo, que mis conocimientos de las artes visuales son poco menos que los de un aficionado que se contenta simplemente con el goce estético. Voy entonces a los campos artísticos dónde me siento un poco más seguro, en este caso la literatura.

Es una pregunta que le hace decir Paul Auster a uno de sus personajes de la deliciosa novela Tombuctu, libro altamente recomendable para cualquiera que se haya encariñado alguna vez con un perro:





“ La maleta con ruedas...durante 30.000 años hemos llevado nuestra carga...con dolor de espaldas y agotamiento...¿Por qué hemos tenido que esperar a fines del siglo XX para que ese chisme apareciera? ”



La pregunta por la invención de la valija con ruedas, por qué se tardó tanto. Esta claro que el hombre se ha tomado su tiempo para ponerse cómodo en la tierra. Quizás en los últimos tiempos se haya acelerado un poco acaso.

Esto siempre me asombra, el tiempo que tardamos en hacernos la vida un poco más cómoda. Y por favor no me entiendan mal, no me refiero a comprar un coche. Me refiero a la rueda interior.



La rueda, ya la pensemos como invención industrial, objeto tecnológico o como obra de arte. Que pertenece a la cultura no cabe duda, habría que incluírla en las polaridades de Levi Straus: naturaleza-cultura, dulce-salado, crudo-cocido y agregamos:  cargar-llevar sobre ruedas.





Un psicoanálisis es eso, la invención de la propia rueda, ¿para ir más de prisa? Puede ser. Pero sin duda para ir más cómodo, no hacer tanto esfuerzo para llevar la misma carga.





Notarán que en este breve escrito, inspirado por las valijas de la muestra, me refiero a la rueda como metáfora. Metáfora de aquello que se inventa / construye a lo largo de un psicoanálisis.  En psicoanálisis, a esa rueda metafórica, Lacan le puso un nombre: el sinthome (condensación de síntoma y fantasma) que despejó, articuló con la ayuda de la obra de otro escritor, James Joyce.







Pero además la rueda, la metáfora de la rueda, engancha precisamente los grandes campos de trabajo en un psicoanálisis: S, I, y R.

Lo Simbólico porque  hacen falta algunos significantes-amo para “pensar la rueda”: 360 grados, el número pi, etc. Lo Real, porque sin duda quien es el depositario de la satisfacción que el uso de la rueda acarrea es el propio cuerpo.





El apaciguamiento de lo Imaginario, con sus características resonancias especialmente agresivas, en favor de un anudamiento S-R en el que canalizar el eterno conflicto entre significante y significado, pulsión / realidad, aliviando al yo de la angustia.

 



Por supuesto el sinthome de cada uno es particular, y aquí entra en rigor la diferencia con la ciencia, no hay una respuesta universal, no funciona el “ruedas para todos”.

Tampoco se trata de la “promesa de la rueda al final” que es lo que ofrece la psicoterapia. De hecho el psicoanálisis es el único lugar donde la invención del sujeto, la creación que durante el  análisis realice el sujeto en la experiencia de su goce, resulte una verdad con la forma de “rueda cuadrada”.








domingo, 4 de mayo de 2014

Detachment / La Educación, del saber a la verdad

por Claudio Steinmeyer / Berlín, mayo de 2014















 

Uno de  los temas que acompañaron la sobremesa de la cena que días atrás tuvimos la suerte de compartir junto con artistas y colegas de Argentina, de visita en Berlín, y que nos acompañaron en la mesa redonda “Arte y Psicoanálisis”, fue la educación. La educación pública y privada, en Argentina y en Alemania. Cuánto habría para extraer con sólo hacer una estudio descriptivo comparado de ambos países.
Comenté que en mi opinión, la educación pre-universitaria que se recibe en la Argentina, supera con creces – en cultura general – a la del graduado universitario promedio de Alemania. Me dijeron que eso cambió mucho en la Argentina, para peor. Pues me temo que en Alemania también cambió mucho en igual sentido.
Alumnos que atraviesan toda la secundaria sin haberse ejercitado en operaciones de conjuntos con  diagramas de Venn, o haber hecho alguna aproximación a la lógica proposicional o resolver correctamente –(2) ^4.
La respuesta común de varios jóvenes es: para qué estudiar si está en google.
Se inserta ahí un punto de viraje en la educación, una transición que a mi juicio podría describirse como la del paso del saber a la verdad.
El colegio ya no es el centro académico, el lugar de transmisión de un saber. Se trata de otra cosa ahora.
En esa transición se inscribe la película “Detachment”. Exquisito título cuyas resonancias en inglés son dignas de un E.A.Poe. Y de hecho la película se estructura en el cuento “La caída de la casa Usher” como metáfora de la educación actual.
Pero no para indicar su ruina a secas, sino para apostar a lo que de nuevo va emergiendo en sus aulas. Sin caer en el optimismo que Bill Gates expone acerca del futuro de la educación.
Esta película -que deploraría que no se estrene en la Argentina- muestra al colegio del futuro  más bien como un lugar de cierta canalización del goce. Un acompañar a los jóvenes hasta la “otra orilla” tratando de que no se quiebren en el camino. Un lugar de apuntalamiento de la  constitución subjetiva antes que de gestión de conocimientos académicos.
Sin duda entra en juego como nunca antes el deseo del docente. Y en ese marco supongo que el psicoanálisis también como nunca antes tiene elementos para aportar al modelo educativo de las próximas épocas.






El amor y lo femenino / un comentario sobre el libro de Paula Vallejo y Laura Russo

por Claudio Steinmeyer, Berlín - Mayo de 2014







Comentamos hoy este excelente, dinámico texto que su bien elegido título indica suficientemente el camino que se propondrán las psicoanalistas Paula Vallejo y Laura Russo en su contenido. Pero primero agradecer a Paula Vallejo el habernos dejado un ejemplar tras su reciente paso por Berlín, y con quien compartimos una mesa redonda sobre “Arte y Psicoanálisis.”

El amor y lo femenino. El detalle de la apuesta a la neutralidad del “lo”; y un paso de la substantivación a la adjetivación substantivada, marcando el más allá de la tradición freudiana sobre la cuestión de -la feminidad-.
Al ver el título del libro por primera vez, se me cruzó fugazmente una idea: el Uno y el Otro. De la estructura narcisista del amor, al recorrido de una satisfacción de un goce imposible de negativizar. De alguna manera fue esa mis premisa con las que abordé su lectura.

¿Qué une a un hombre con una mujer ? ¿Qué  une al Uno con el Otro? Algunas de las preguntas sobre las que descansa el avance del pensamiento occidental y de las que el psicoanálisis no sólo no es ajeno sino protagonista en la época actual.
Y este texto introduce, elabora, una notable formulación de Lacan:
es la pulsión y no el amor lo que nos liga a los otros.

Para ello el libro nos recuerda algunos desarrollos psicoanalíticos:  desde los antecedentes freudianos sobre la constitución masculina o femenina de un sujeto a partir de su paso por el Complejo de Edipo, hasta los desarrollos lacanianos sobre la sexuación, y por qué Lacan plantea una nueva lógica para pensar lo femenino, la lógica del no-todo, la lógica que se sostiene precisamente por la construcción de un sistema inconsistente, a partir de un “gap”, una falta: la del significante que pueda nombrar al universal de la mujer.

El texto presenta ese estilo que en lo personal me resulta particularmente agradable, el del diálogo con el auditorio, al estilo de las transmisiones de Lacan en sus seminarios. Pues se trata de desgrabaciones de clases que las autoras dictaron durante tres años. Apoyadas permanentemente en ejemplos clínicos que ilustran sus argumentaciones. Y encontramos además las preguntas del público, ese “Otro social” que tanto contribuyen a orientar, rectificar o validar la lectura.

Y para que el potencial lector tenga algunas coordenadas de lo que va a encontrar, señalo algunos de los puntos fuertes que hay en el texto:
-la mujer como objeto causa del deseo y cómo síntoma para el hombre
-el desarrollo de la ya famosa -casi popular- formulación lacaniana:    “amar es dar lo que no se tiene”
- fetiche y erotomanía
-cuando la relación madre-hija hace un amor estragante
-la cuestión del sacrificio y feminidad
-el masoquismo
-el goce femenino
-lo místico
-la lógica de la interpretación pensada desde “lo femenino”
Además de recorrer clásicos de la literatura como Lolita,  el Dr.  Zhivago y El arrebato de Lol V. Stein o abordar cuestiones casi técnicas como la distinción entre sentido y significación.

Y muchos otros temas que hacen de este libro un verdadero “manual de consulta” sobre el status actual del psicoanálisis de orientación lacaniana respecto de los temas propuestos desde el título. Pero manual no de uso académico, como las propias autoras lo señalan, sino al modo más propio del psicoanálisis, el que testimonia del esfuerzo del deseo del analista en dar cuenta de las problemáticas que la clínica de la época nos propone.



PD: Recuerdo que hace algunos años una alumna habló sobre las diferencias entre femenino, femineidad, feminidad pero además incluyó “lo femíneo”. Desde entonces, y  cada vez que me acuerdo, trato de utilizar esa última expresión ya que me resulta aún más refinada, delicada...








Mein Beitrag am 14.02.24 für das Einführungsseminar zum 2024 NLS-New Lacanian School Congress „Klinik des Blicks"

  Berlin, March 2024, posted by Claudio Steinmeyer Von der Macht des Blicks zum Blick der Macht Überwachen, strafen, erziehen, diagnostizier...