viernes, 18 de septiembre de 2015

Moda y Psicoanálisis



Berlín, sept. 2015  

Para mi hija Julia,  alentándola en su interés por el mundo de la comunicación y la moda.





Moda y Psicoanálisis

Breve comentario sobre el libro “Fashion and Psychoanalysis” de Alison Bancroft. Publicado en inglés por I.B.Tauris, London-NY, 2010. 



Fue a través de los colegas del Dpto. post-doc de psicoanálisis de la New York University que tomamos conocimiento de esta obra que desde su título atrajo nuestra atención, cual vidriera de la 5ta. avenida. La moda, sin duda un campo poco explorado dentro del psicoanálisis en extensión.

Su autora, Alison Bancroft, reside en Londres, es escritora y crítica cultural. Se interesa especialmente por los enfoques interdisciplinarios del arte contemporáneo, en especial la cultura visual. A ella agradecemos además el habernos dado su consentimiento para esta reseña en castellano. Y si en  el exordio encontramos un agradecimiento a quien le enseñó el buen-vestir, éste quizás ya nos coloca en el camino del buen-decir. Escrito en un pulcro inglés, se trata de un texto claro en el que se pueden encontrar interesantes indicaciones sobre  la historia de la moda,  el arte visual y la teoría psicoanalítica, con abundantes referencias a Freud, Lacan y otros psicoanalistas. Y por supuesto la detallada descripción de ciertas colecciones de moda paradigmáticas a los fines de este ensayo.

Y cuando decimos historia de la moda nos referimos a un  recorrido muy particular que podríamos señalar como el que va de la sexualidad femenina a la sexuación femenina.


Respecto a la tesis que propone el libro: se presenta a la moda en su forma estética y creativa (al modo de un arte) antes que desde la perspectiva de objetos de venta en la sociedad de consumo. La premisa de que la moda, por sus propiedades estéticas, es algo distinto de la mera vestimenta es central en este libro. La moda le agrega un “plus” a la prenda de vestir.  El estudio de la moda que propone el libro se enmarca en la innovación en la decoración de la superficie del cuerpo y a la amplia respuesta social y cultural que causa esta innovación. Pero especialmente en este contexto será el sujeto que viste y el acto de vestir esencial para comprender a la moda. No alcanza con analizar solamente los objetos producidos. Introduce así la dimensión subjetiva.
El libro se propone entonces abordar a la moda como una forma creativa, realizada en el cuerpo y que articula lo femenino de maneras disruptivas e innovadoras. El marco teórico con el que se relacionarán moda, psicoanálisis y arte se inspirará especialmente en la enseñanza que nos legó  Jacques Lacan con las fórmulas de la sexuación y cuando abordó la obra escrita de James Joyce para tratar de dar cuenta del concepto de sinthome.
Bancroft también cita los primeros trabajos que, desde el psicoanálisis, incursionaron en el mundo de la moda, a saber:  los pioneros J.C. Flügel (Psychology of Clothes, 1930), Edmund Bergler (Fashion and the Unconscious, 1953) ,Dani Cavallaro y Alexandra Warwick  (Fashioning the Frame: Boundaries, Dress and the Body, 1998),  entre otros. Además de apoyarse puntualmente en la obra de Charles Baudelaire, Marcel Duchamp, Antonin Artaud, Roland Barthes.  Se describirá el desplazamiento que tuvo la moda desde indicar la pertenencia a una clase social hasta empezar a dejar más claramente en evidencia su  relación con la femineidad.

Esta femineidad se definirá en tres niveles: como incumbiendo a sujetos femeninos, habitualmente mujeres, pero no de manera exclusiva; perteneciendo de manera contingente al cuerpo; y como proponiendo una lógica imposible y contradictoria. En otras palabras, una femineidad que tomará sus desarrollos a partir del seminario XX de Lacan. Se tratará de una articulación inconsciente en el ser hablante más allá de todo determinante biológico / anatómico. Una femineidad lacaniana y no del estilo Baudelaire para quien la moda apuntaba  directamente a la femineidad  exclusivamente ligada con la mujer en sentido biológico.
En este marco se tratará de relacionar a la femineidad con la moda entendida como la innovación en la superficie decorada del cuerpo de la sexuación subjetiva. 



El desarrollo de estas ideas se repartirá en cuatro capítulos buscando en cada uno contrapuntos entre conceptos centrales del psicoanálisis y las obras de diferentes diseñadores de moda y renombrados fotógrafos de modas como Nike Knight, John Galliano, Alexander McQueen, Leigh Bowery y Hussein Chalayan. Estos profesionales de la moda han entendido a la misma como la decoración de la superficie del cuerpo antes que como una empresa industrial. A criterio de la autora prevalece en ellos el lado-arte de la moda.

Estos capítulos a su vez recorren de alguna manera la obra de Lacan a lo largo de los tres registros: imaginario, simbólico y real. Y desarrollando especialmente cuestiones vinculadas a las nociones de identificación,  deseo y  sinthome.

El primer capítulo entonces se apoya en nociones provenientes de la clínica de la histeria para dirigirse a lo femenino en juego, tomando como principal referencia al sector de la fotografía de modas. Se ocupa p.ej de la  tensión del movimiento que va del estadio del espejo organizador del “moi”, apelando a un yo unificado, a las formas actuales de la fotografía que ponen más en evidencia la división del sujeto. El cuerpo ya no aparece como un todo unificado sino que se presenta a veces como sugerido, insinuado por partes, privilegiado por zonas erógenas en los que la pulsión deja la marca de lo parcial por sobre el ideal del amor genital heterosexual cuya norma prevaleció en la moda hasta mediados del siglo XX.  Efectos de anamorfosis, donde un “eso nos mira” ponen en juego la esquizia entre el ojo y la mirada. También se considera a la moda en su función de cuestionamiento  al saber del amo actual, manteniendo la forma de resistencia por parte de lo femenino contra su silenciamiento simbólico. El cuerpo habla porque hay algo imposible de decir, y esto es lo que la moda, a través de la   fotografía contemporánea estaría reflejando.

 

(Foto de Richard Avadon, 1947, en una época en que la moda y la femineidad eran organizados en una escena  mirada  en términos edípicos)


En el segundo y tercer capítulo se estudiará la moda en relación al deseo tanto del lado hombre de las formulas de la sexuación como del lado mujer-no-toda. Y pensando a la homosexualidad dentro de esta lógica. Y si de moda hablamos bien vale poner en juego al género, no solo con el que se confeccionan las vestimentas sino más bien de quien las porta. Pero se trata ahora de un género subjetivo. Y la autora se detiene en articular las enseñanzas de Lacan en torno de la sexuación subjetiva en vez de una sexualidad determinada por la biología, anatomía o ideales socio-socioculturales. Así la relación de cada ser-hablante con el falo y el objeto “a” será protagonista de lo que  el psicoanálisis descubrió en cuanto a la posición sexual de un sujeto en relación al deseo y sus respectivos modos de gozar. Queda así por abordar el tema del goce femenino suplementario en contraposición al goce fálico.


Foto: Nick Knight, gentileza SHOWstudio.com / La moda comienza a reflejar singularidades de la época:  Una mirada descentrada, la vestimenta-objeto velada, esfumada.


Y de esta manera llegamos el último capítulo que articula la noción de sinthome que Lacan introduce en el seminario XXIII, especialmente en tanto significante con resonancias en el cuerpo. Comienza con una lectura crítica a los desarrollos que Roland Barthes llevó a cabo sobre la moda. Barthes en sus trabajos ( Mythologies, 1957 y The Fashion System,1967) estudió las tapas de las revistas de modas para concluir que “sin discurso no hay moda”. En este marco la moda sería un lenguaje derivado de una “lengua materna original” a saber:  la indumentaria original. De esta manera la moda tendría un determinante exclusivamente simbólico. Bancroft en cambio intentará demostrar que el lenguaje de la moda, al igual que el lenguaje de James Joyce, presenta una incidencia de lo real. Para ilustrarlo se servirá especialmente de la obra del diseñador Hussein Chalayan. La moda entendida como un lenguaje que tiene incidencia.en el cuerpo, tanto a nivel imaginario y real.  Y la autora planteará a la moda como el goce suplementario que ocuparía una función de anudamiento de los tres registros. 

Hussein Chalayan, salón de la moda NY 2015, gentileza VOGUE.com / el cuerpo-máquina y sus zonas erógenas


A lo largo del texto encontraremos otros interesantes temas como la cuestión del tatuaje, la relación con la sublimación, los cambios que el 11/9 introdujo en la moda (en especial en cuanto al uso del velo).

Si bien el marco teórico en el que la autora despliega sus ideas refieren en gran medida a un Lacan de inspiración zizekeana, y que por lo tanto podríamos hacer, dentro de la orientación lacaniana,  una revisión de la manera de pensar ciertos conceptos (especialmente en relación al  conflicto tal como se presenta en la clínica), lo meritorio de esta obra consiste en tratarse de las primeras aproximaciones al fenómeno de la moda en términos psicoanalíticos-lacanianos. Estamos más acostumbrados a pensar la moda desde lo psicopatólogico, ese empuje-al-ideal que tomamos como referencia en la clínica de los trastornos de la alimentación. En el libro que acabamos de comentar se resalta más bien el aspecto estabilizador de la moda en tanto suplencia en la femineidad de la época, en la línea de lo bello que recubre lo imposible de soportar pero a la vez sugiriéndolo. Es en nuestra opinión un original desarrollo de la frase de Lacan que encontramos en la obertura de sus escritos: “ Es el objeto quien responde a la pregunta por el estilo...”.  Esta obra  presenta en tal sentido un carácter inaugural que sin duda resultará refrescante para el lector.






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