domingo, 1 de diciembre de 2019

Al otro lado del río / Serie Psicoanálisis y Pedagogía


Berlin, Dec. 2019, posted by Claudio Steinmeyer



Foto gentileza @The1975


Serie Psicoanálisis y Educación – texto I

“Al otro lado del río”

Reflexiones sobre mi experiencia como docente en la carrera de sociopedagogía en
Berlín – Alemania. Por Lic. Claudio Steinmeyer (*)






Con este breve texto quiero básicamente empezar a compartir mi experiencia como psicoanalista ejerciendo la docencia en el campo de la sociopedagogía en Berlín, Alemania.
Pensé en englobar una serie de breves artículos bajo el paraguas de “Psicoanálisis y Educación”. Pero habré de dar un rodeo inicial por esa conjunción que, a primera vista y a la luz de viejos debates, podría tratarse de un oxímoron. Y quizás lo sea, pero en ese caso trataré de ver de qué forma se puede convivir con él.

Paso previo: recordar que para Freud sí que hay una suerte de conjunción entre el sujeto del inconsciente y el saber, para él las teorías sexuales infantiles, pilar del complejo de Edipo, se basan en un Wissentrieb (literalmente pulsión de saber) (1). Y será este Wissentrieb el que, ni más ni menos, sostendrá al sujeto a lo largo de su análisis como sustrato inconsciente de su amor de transferencia.
Quizás haya pocos puntos en los que Lacan plantee una diferencia conceptual de manera tan clara y tajante: lo dice sin rodeos en el seminario XX, que “no hay tal deseo de saber… aquel famoso “Wissentrieb” que Freud apunta en alguna parte”. (Lacan, 1985) (2)
Pero más allá de aislar una cita en la obra de Lacan, en efecto, a lo largo de su obra ésta es una idea, un precepto clínico constante: resaltar la pasión por la ignorancia que habita en el sujeto. Esta pasión se relaciona entre otros con sostener ideales, mitos, teorías, relatos inconsistentes y conflictivos. El análisis entonces debe ir precisamente en una dirección contraria a la de agregar, producir más saber. Por el contrario, se trata de ir extractando sentido de los S2 – los significantes que se despliegan en el bla-bla del sujeto.  En cambio aislar aquellos S1 que operen anudando lo real del goce a los otros dos registros (simbólico e imaginario) de la vida humana. Así entendido, el análisis es todo lo contrario a una tarea re-educativa.

Jacques-Alain Miller lo desarrolla en “Lógicas de la vida amorosa” cuando comenta que a través de las teorías sexuales infantiles se trata de consolidar la ignorancia antes que querer saber para evitar el desborde de la angustia. Entonces dice que lo que sostiene al sujeto en el análisis no es el Wissentrieb, que según Lacan es algo distinto en tanto la pasión más profunda del ser humano no es el saber sino la ignorancia. (Miller, 1991)

Pero volvamos otra vez un momento con Freud: ¿Pero es esta pulsión de saber freudiana educable?  Ahí Freud es poco optimista ya que habla de cierta complicación inherente a ambas acciones: psicoanalizar y educar. Incluso en “Análisis terminable e interminable” las ubica -junto con la tarea de gobernar- en el conjunto de las profesiones imposibles. (3)
Pero bien, hasta ahora todo esto está referido al psicoanálisis en intensión, al psicoanálisis en cuanto dispositivo clínico.

Pero podemos acercarnos a la cuestión del psicoanálisis y la educación desde otro sesgo: el psicoanálisis en extensión, es decir, institucional y/o aplicado a otros campos de la cultura. Y a esto Lacan apostó gran parte de su enseñanza:  así como el objeto a fue su legado esencial al psicoanálisis clínico (en intensión) podemos decir que la función de la Escuela y su procedimiento del pase ha sido su permanente preocupación y esfuerzo a lo largo de su enseñanza transformándose también en otro de sus principales, invalorables, aportes.
Digamos entonces: es un hecho que hay psicoanalistas yendo a las escuelas a aprender.
En las escuelas se ofrecen cursos, seminarios, congresos, carteles, conferencias y un sinnúmero de plataformas didácticas dónde cada analista tratará -desde su no-saber- hacer transmisible algo de su práctica que permita ir avanzando con la teoría: este hecho supone cierta pedagogía, incluso didáctica, en la base de esta transmisión.
Señalo esto para tratar ahora sí de ver la articulación positiva entre sujeto y saber, psicoanálisis y educación.

A modo de introducción creo que de hecho el discurso psicoanalítico tiene muchísimo para aportar a los nuevos y recién llegados discursos que actualmente atraviesan las aulas del mundo educativo, afectando tanto a  alumn@s como docentes. El psicoanálisis es un discurso que se adelantó más de cien años para prestar soporte a estas nuevas manifestaciones de la época. Además, lo autoriza el hecho de haber contribuido decididamente en consolidar la subjetividad y derechos en sectores marginados hasta fines del siglo XIX: la infancia, lo femenino, la salud mental.
Sólo por citar algunos ejemplos de estos nuevos discursos: son los relacionados con género (aborto, ni-una-menos, #metoo, LGBTQ, promover lo femenino, denunciar la violencia machista, etc), inclusión (p. ej del sujeto autista, desalentar la medicalización psiquiátrica de la infancia), tolerancia al otro (alojar al inmigrante, entender y ayudar a los refugiados menores-no-acompañados en su elaboración traumática), multiculturalidad. Además de aquellos discursos que buscan promover la solidaridad, la democracia. Fomentar la responsabilidad en el uso de los nuevos medios sociales (evitar la propagación de discursos polarizantes tendientes a sembrar odio, racismo, sexismo).

Pasemos ahora al campo concreto de la Sociopedagogía en Alemania, específicamente el caso de Berlín. Así se denomina una formación profesional que, en otros países carreras con contenidos similares, llevan en cambio el título de psicopedagogía. Se aprecia así desde el vamos el peso de lo social en la teoría y praxis educativa. Los egresados se volcarán al ámbito educativo en algún punto del abanico que va de las guarderías hasta la universidad. En mi caso personal me desempeño como profesor de trabajos prácticos en el módulo de Adolescencia. Fui convocado en el 2015 e.d. poco antes del pico máximo de la llegada de refugiad@s a Alemania (Siria, Vietnam, Afganistán, Irak, Eritrea). Estos recién llegados se sumaban así a una ciudad de por sí multicultural, cosmopolita, junto a otros ciudadan@s provenientes de España, países del este europeo, Turquía, Sudamérica, África e incluso más recientemente muchos norteamericanos e ingleses.
Esto hace que la tarea docente en las instituciones educativas sea especialmente rica en el contacto con culturas tan diferentes y necesidades individuales tan variables.

Mi rol como profesor de trabajos prácticos me permite brindar contenidos teóricos en clase, pero también visitar a cada uno de mis alumn@s en sus respectivos lugares de prácticas laborales en colegios primarios, secundarios, clubes juveniles, centros comunitarios, instituciones de acogida de refugiados, instituciones para adolescentes que por decisión legal fueron apartados de sus familias, instituciones psiquiátricas, etc. Así estoy en contacto cotidiano y directo con la ciudad y los lugares habitados por l@s jóvenes.
Más que pensar las intersecciones teóricas entre psicoanálisis y pedagogía, me referiré un poco a los conceptos que cotidianamente y desde el psicoanálisis trato de llevar al aula.
Tengo libertad en elegir los autores para abordar los temas curriculares: introducción a la psicología social, psicología de grupos, principales roles de los grupos (sigo acá al inolvidable maestro E. Pichon-Riviere), la sexualidad humana: sexuación subjetiva, diversidad sexual / género, psicopatología y salud mental en la adolescencia, referencia al estadio del espejo, distinción entre agresividad y violencia, marco legal educativo de Berlín, principales teorías educativas, diferencia entre pedagogía y didáctica, uso responsable de los medios sociales. Recorremos conceptos como sexualidad infantil, pubertad, pulsión/instinto, amor, deseo, goce, trauma. Breve comentario sobre los tres registros subjetivos: Real, Imaginario y Simbólico. El fenómeno del acting out / pasaje al acto.  Recorremos fragmentos de textos que van desde Freud hasta Lacan e incluso autores actuales del espacio europeo, norte e iberoamericano. En definitiva, trato de ofrecer una visión del panorama global lo más amplia posible.  
Didácticamente incorporo todos los nuevos formatos audiovisuales: desde Netflix para proyectar aquellas películas / series nuevas que sean foco de interés de l@s adolescentes con el formato de cine-debate. Y también trabajamos con Instagram, Twitter, Facebook o WhatsApp para analizar propagación de bulos / rumores o también las diferentes incidencias de estas redes en el eje púbico/privado.

En tanto sociopedagogía intentamos permanente alentar la apertura al otro, crear y ampliar redes.
Buscamos que los alumnos aprendan a dialectizar ideas, en el sentido hegeliano tesis, antítesis y síntesis, es decir no quedarse en la polarización sino intentar llegar a una conclusión superadora favoreciendo el pensamiento crítico y practicar el diálogo argumentativo. Por el contrario, la polarización actual la consideramos un fenómeno de época motivado en los sentimientos de odio al otro y que tanto se relación con su síntoma de los fake-news y efervescencia del racismo.
Busco reseñar algo con relación a las formaciones del inconsciente:  sus conexiones con el chiste, el sueño, los olvidos. También mencionar el deseo del analista para introducir algo del orden del deseo del educador. Y una permanente referencia al valor de las palabras subrayando una y otra vez la importancia del lenguaje para la subjetividad humana, el cuidado por las palabras, que las palabras importan, producen efectos en uno, pero también en el otro, y siempre recordar que en definitiva son los significantes el medio para nuestro trabajo.
También trabajamos la letra y sus efectos sobre la subjetividad: En primer lugar vemos la utilización del cuento como herramienta didáctica para una pedagogía de la elaboración de duelos. Veta abierta por la Univ Valencia (Magraña, 2016) y que se fundamenta en autores como Freud, Bettelheim entre otros. Este punto lo ampliaremos un próximo artículo.
Y en segundo lugar se trata también de fomentar especialmente la lectura recuperando títulos y autores idóneos para abordar las diferentes problemáticas (y soluciones ¡!) que requiere el trabajo con adolescentes. Edgar A. Poe, Herman Hesse, Mark Twain, Toni Morrison, Carson McCullers, Jack Kerouac, Paul Auster, etc.

Pero continuando con la aplicación del psicoanálisis en extensión al campo de la pedagogía quizás el texto que nos pueda servir de nave insignia es el prólogo que Freud escribió para un libro del educador August Aichhorn (4). Él fue un pionero entre los educadores austriacos y además fue psicoanalista (y de hecho analista de H. Kohut). Dirigió instituciones para adolescentes con especial dedicación a los casos de delincuencia juvenil. Fue el impulsor de la primera revista de Psicoanálisis y Pedagogía. En su libro “Jóvenes desamparados” hay un prólogo del propio Freud. De alguna manera Freud anticipa la idea que luego retomaría en “Análisis terminable e interminable” respecto de las tres profesiones imposibles. Sólo que interesantemente Freud aquí habla de curar, gobernar y educar. Después cambiaría lo de curar por analizar. Pero el interés nuestro en el texto radica en otro punto, a saber que Freud recomienda abiertamente el análisis personal del educador ya que “el educador debe poseer formación psicoanalítica, pues de lo contrario el objeto de sus esfuerzos, el niño, seguirá siendo para él un enigma inaccesible. E. d.  que el educador se someta a un análisis él mismo.” (4)

Esta suerte de análisis didáctico (nunca mejor dicho) debería proveer al futuro docente / educador / pedagogo / personal auxiliar de la docencia algunos buenos recursos para el trabajo cotidiano en las relaciones humanas tan cargadas de afecto, responsabilidad en fin todo lo que hay en las adyacencias del fenómeno de la transferencia al saber.

-Evitar colocarse como amo de la verdad
-Procurar no engancharse en la relación especular con alumnos / colegas y así evitar situaciones imaginarias que exacerben un narcisismo agresivo
-Conocer el valor de la palabra como lugar tercero, simbólico y pacificador
-Manejo profesional de la distancia afectiva
-Posicionarse de la mejor manera posible ante la incesante demanda
-Esclarecer su propio deseo en juego como Educador

Tratar de no “abandonar” a un adolescente en situación de crisis. En esto seguimos a Winnicott: ahí donde hay un adolescente, que haya un adulto que no abdique.(5)
Esta referencia a Winnicott se relaciona con sus finas observaciones y elaboraciones sobre l@s adolescentes en relación con los educador@s pero también con los adult@s en general. El adolescente necesita constatar, contar con ambas funciones.  Se trata de explicar al futuro sociopedagog@ que a la tarea docente le corresponde, y más en esta época, una función paralela, quizás más subterránea, que es la función de “adulto” entendida como acompañar al adolescente para llegar al “otro lado del río” de las turbulentas pero también vitales aguas de la adolescencia. El adolescente a veces no quiere que lo eduquen, pero sí que necesita saber que cuenta con el otro-adulto en ese metafórico cruce del río.




Biografía:


1) Freud, S. 1905 “Tres ensayos para una teoría sexual” - Apartado 5: La investigación sexual infantil. Obras completas. Tomo II. Madrid, España. Edit. Biblioteca Nueva. 1981
2) Lacan, J 1972  “Seminario XX – Aún” Cap. IX Del Barroco – Barcelona, España. Edic. Paidós. 1985
3) Freud, S. 1937 “Análisis Terminable e Interminable” - Apartado 7. Obras completas.
Freud, S.  1925 “Prefacio para un libro de August Aichhorn” – Tomo III. Madrid, España. Edit. Biblioteca Nueva. 1981
4) Winnicott, D. 1972 “Realidad y Juego”- Barcelona, España. Editorial Gedisa. 2009






(*) Sobre el autor: Nacido en Bs. As. - Argentina. Egresado de la Facultad de Psicología de la Universidad de Bs. As. (UBA) – Formación psicoanalítica en APdeBA (Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires),  EOL ( Escuela de Orientación Lacaniana) además de otras instituciones. Desde 2010 reside en Berlín ejerciendo la práctica clínica y la docencia.




1 comentario:

  1. Querido Claudio:
    no sabia que te habías formado en ADEPA.
    Te felicito por el artículo, práctico y accesible. Es verdad que, desde Freud, los educadores deberían analizarse. Pero en Argentina no lo hacen. Es mas: aún subsiste la pelea entre la escuela ( con minúscula) y el psicoanálisis.
    En este "confuso campo psi" como escribí alguna vez, todos los gatos son pardos. Es que el "querer saber pedagógico" se instala en un "querer saber social". Y en mi país se constata que la gente no quiere saber nada. Psicología de masas diría Freud...
    No me atrevo a opinar sobre Alemania que visité dos veces y de paseo.
    Pero los guías turísticos dicen que aún no elaboraron el trauma del nazismo. Se sigue investigando y se les hace saber a los jóvenes estudiantes. Es verdad?
    No obstante vos si sabés que Miller ha inventado Zadig para aventar, entre otros, las políticas totalitarias y ver como el discurso al que servimos puede incidir en el político. On verrà, estamos investigando.
    En Argentina entiendo que como colectivo no queremos saber nada de modificar nuestra forma de goce y caemos siempre en el mismo lugar: la mentira y la estafa de la "viveza criolla".
    Cuando era chica vivía en un barrio con muchos inmigrantes europeos. Mi padre gallego, y así... La mayoría eran fuertes trabajadores y se quejaban de los vivos que querían vivir sin trabajar.
    El desafío de cualquier educador es despertar en los niños y jóvenes el deseo de saber desde el primer momento: la curiosidad. Ese "pequeño investigador" como Freud llamó al niño está abierto a aprender. El tema, mi querido, es qué se le enseña.
    En los altibajos polares de la política argentina héroes y traidores, malos y buenos dan vueltas infinitamente en un círculo vicioso imparable...Hoy unos son una cosa y mañana serán otra sembrando un descreimiento que asusta! Hablo con mi hijo y sus amigos que tienen 24 años ( adopté grande...) y el que no piensa en irse ya está cansado.
    Como crear, transmitir ese deseo de saber que no hay si desde la fundación de la patria el pueblo no sabía nada.
    Los dibujos del 25 de mayo, con sus escarapelas y paraguas tenían un epígrafe: " El pueblo quiere saber de qué se trata".
    Me pregunto: y hoy queremos?
    Menuda labor la tuya pero quizás la realices en un entorno diferente.
    Me gustaría saber cuales son las condiciones de posibilidad que te brinda Berlín.
    Cariños
    Mirta

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