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Ulysses: un libro demandado, literalmente.






por Claudio Steinmeyer, Berlín, enero 2016



















Abordaremos hoy  las extraordinarias dificultades relacionadas con la llegada y publicación del Ulysses de James Joyce en los Estados Unidos.
Ya en otra entrada del blog hicimos una breve descripción del  ensayo de Freud sobre el presidente de Woodrow Wilson. http://claudiosteinmeyer.blogspot.de/2014/07/psicoanalisis-en-la-politica-en-torno.html

Y es que el asunto que nos ocupa tiene coincidentemente su inicio durante la presidencia  Wilson (Partido Demócrata, 28avo. Pdte de los EE.UU. 1913-1921).

Nos referimos a las complicaciones con la censura que el libro “Ulysses” debió enfrentar al ser considerado de contenido obsceno.  El libro Ulises hizo su entrada en los EE.UU. a través de la revista The Little Review. Una revista literaria que constituyó una pieza importante en la propagación del modernismo además de contribuir en la instalación de temas como el feminismo y el anarquismo. Contó con el apoyo de importantes escritores como Ezra Pound.



En 1918 la revista inició la publicación por entregas de la obra Ulises que continuó hasta el 1921 cuando el Servicio Postal -atribuyéndose cierto rol de contralor- decidió el secuestro de sus ejemplares prohibiendo su distribución por considerarlo un “material obsceno”. Margaret Anderson,  editora de la revista,  recurrió a la justicia contra el New York Society for the Supression of Vice pero perdió el juicio en primera instancia. El último episodio publicado por la revista fue Nausícaa. De esta manera la prohibición de importar el texto se instaló aún antes de que el libro fuera terminado por Joyce.
Hay quienes consideran que la revista fue víctima de la censura más bien por sus posiciones políticas sirviéndose de excusa la supuesta apología de la obscenidad que podía imputarse a la obra Ulises.

Todo este proceso  fue seguido muy de cerca tanto por el propio Joyce como por Sylvia Beach, con consecuencias: Beach renuncia a los derechos y su explotación comercial quedando Joyce en libertad de negociarlos con Random House.



En 1933 el asunto llega a una nueva instancia judicial impulsado por Random House. La editorial contrató los servicios de uno de los más prestigiosos bufetes de abogados de Nueva York:  Greenbaum, Wolff & Ernst. A través de una simpática estrategia, quizás no exenta de cálculo en cuanto a los efectos del punto de vista de marketing-publicitario editorial, se logró re-abrir la causa ahora en manos del juez John M. Woolsey. La demanda recayó  sobre el libro, no sobre el autor.  El juez  finalmente determinó  que el libro no presentaba contenido pornográfico/obsceno y por el contrario rescató su valor artístico-literario. Especial atención requirió durante la audiencia el análisis del soliloquio final de Molly Bloom.
La resolución del juez sin duda generó jurisprudencia en cuanto a la interpretación de la primera enmienda de la Constitución de los EE.UU. que garantiza la libertad de expresión. Tampoco es de descartar el clima político que pudo haber ejercido cierta influencia en la resolución favorable del juez, de extracción liberal,  fallando a favor del libro aprovechando el clima de expansión liberal que ofrecía la presidencia de Franklin D. Roosevelt. 
La resolución del juez fue luego apelada por la fiscalía pero pierde en la corte de apelaciones por dos votos contra uno, poniendo fin a diez años de censura del Ulises en los EE.UU. También es de subrayar la coincidencia con una trascendente resolución legislativa que se llevó a cabo en  la misma semana en que tuvo lugar el caso “Ulysses”, a saber: la revocación de la ley de prohibición de venta de alcohol (Ley Seca).





Bibliografía  consultada:


Notas personales del curso abierto “ The American Novel Since 1945” – prof. Amy Hungerford, Depto. Inglés,  Univ. De Yale – 2008

https://en.wikipedia.org/wiki/Obscenity_trial_of_Ulysses_in_The_Little_Review                                                    









      










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