por Claudio Steinmeyer, Berlín - Abril 2014
El Padre de la Cultura no es lo mismo que la cultura del padre. Una de las maneras de pensar la función del Padre en la cultura es como tendencia a apropiarse, banalizar (popularizar quizás ?) cada nueva creación significante.
Que el semblante del padre de la época esté en crisis, no significa que la lógica de su función no se haya incluso exacerbado.
De ahí que al recurrir la Política a nuestro discurso no hace más que atenuar sus efectos singularizantes. Pero claro, difícil ir contra esto. Para ello está el discurso de la hysteria, siempre un cuarto de hora adelantado al nuestro. (Mi homenaje a las enseñanzas de Javier Aramburu)
El Padre de la Cultura no es lo mismo que la cultura del padre. Una de las maneras de pensar la función del Padre en la cultura es como tendencia a apropiarse, banalizar (popularizar quizás ?) cada nueva creación significante.
Que el semblante del padre de la época esté en crisis, no significa que la lógica de su función no se haya incluso exacerbado.
De ahí que al recurrir la Política a nuestro discurso no hace más que atenuar sus efectos singularizantes. Pero claro, difícil ir contra esto. Para ello está el discurso de la hysteria, siempre un cuarto de hora adelantado al nuestro. (Mi homenaje a las enseñanzas de Javier Aramburu)
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