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Un siglo del Psicoanálisis: del alemán al español o de cómo el inconsciente está estructurado como un lenguaje
por Claudio Steinmeyer, Berlín, 13 Dic. 09
Abstract
El psicoanálisis fue inventado en alemán pero el denominado Retorno a Freud lo producen las lenguas románicas, con protagonismo del castellano. Articularemos este hecho con el axioma: el inconsciente está estructurado como un lenguaje.
Ofreceremos una breve semblanza de la situación del psicoanálisis en los países de habla hispana.
Berlín, la lengua alemana, la castellana y el psicoanálisis.
Intentaremos en ésta breve descripción de carácter introductorio, recorrer los invisibles hilos que, en torno de la historia del psicoanálisis, anudan la lengua alemana, la castellana, la ciudad de Berlín y la mismísima figura del Quijote.
Avanzaremos no solo en la diacronía de la historia del psicoanálisis sino también en la sincronía de un momento específico tras el exilio de Freud a Inglaterra.
He aquí algunos de los hitos que recorreremos:
1856 nace Freud
1886 tras su formación en la Salpêtriere con el Dr. Charcot, Freud
recala en Berlín donde estudia las enfermedades nerviosas
infantiles.
1920 Max Eitington crea en Berlín la Políclinica Psicoanalítica
1923 En carta a su traductor español, Sr. Ballesteros,
Freud se refiere al Quijote
1930 Freud recibe el Premio Goethe
1931 Carta de Freud a Einstein: por qué Guerra?
1938 Exilio de Freud a Londres
1939 Muere Freud
1955 Viena: El retorno a Freud
1992 Fundación de la Asoc. Mundial de Psicoanálisis en Bs As –
ARGENTINA
2009 Situación actual en los países de habla hispana
El psicoanálisis fue inventado, articulado y fundamentado por Freud en su lengua, el alemán. Que el inconsciente se haya hecho escuchar por primera vez en éste idioma, es un dato significativo.
Pero también lo es, que hoy por hoy se sostenga en buena medida gracias a las lenguas románicas, el francés y el castellano.
Operó así una suerte de desplazamiento de una lengua a la otra, trasvasamiento que no puede explicarse como fenómeno de globalización puesto que no se trata de una expansión, sino de un verdadero cambio del eje geo-lingüistico, cambio que es perfectamente armonioso con la metonimia (Verschiebung) del deseo.
Está claro que el psicoanálisis en los países de habla alemana no tiene actualmente la misma repercusión que en los de habla latina.
¿Qué pasó entonces?
La respuesta a esta pregunta quizás nos deba llevar al punto mismo en el que Freud dejó su obra en alemán.
El psicoanálisis fue patrimonio de la lengua alemana hasta el exilio de Freud a Inglaterra en 1938 y su posterior fallecimiento en 1939 al inicio de la II Guerra y a la edad de 83 años.
La coincidencia de la muerte de Freud con el desencadenamiento de la barbarie, señala también un punto de erupción de lo Real (categoría psicoanalítica a la que intentaremos dar una primera aproximación) y que marca un punto de detención del psicoanálisis en relación a su lengua original.
Hecho que incluso el mimo Freud describe, dramática, acaso conmovedoramente, en una de sus últimas cartas.
El correlato, entonces, del psicoanálisis a este punto de la historia, es la formulación freudiana:
Wo es war, soll Ich werden.
Señalanado en extraordinaria condensación los pilares éticos, teóricos, y técnicos del psicoanálisis.
El psicoanálisis de lengua alemana que incluso y paradójicamente se había fortalecido tras la I Guerra, ( p. ej., con la creación del policlínico de Berlín en 1920 fundado por Max Eitington) no sobrevivió los embates de la II Guerra, guerra cuyos últimos resortes psicológicos, intenta describir Freud en una importante carta respondiendo a una pregunta de A. Einstein. Freud explica la presión que la cultura ejerce sobre las pulsiones, presión de la que el Sujeto se escapa o se libera a través de la guerra.
En el período de entre guerras Freud además revisa su teoría de los instintos: las neurosis de los afectados de la I Guerra le hace reformular el principio rector de los sueños en cuanto a realización de deseos, e introduce el concepto de pulsión de muerte.
Curiosamente fue un francés, Jacques Lacan, quien casi 20 años después de la muerte de Freud, anuncia en la mismísima cuna del psicoanálisis, Viena, la necesidad de un retorno a Freud, al sentido de Freud.
Retorno que en la lengua alemana, quizás, haya quedado pendiente.
Y quizás también, los mismos rasgos estructurales que facilitaron que la lengua alemana pueda abrirse, alojar, escuchar ese “anderes Schauplatz” (=la otra escena, el inconsciente) , tambien expliquen por qué la lengua alemana se cerró sobre si misma despúes del Real del cataclismo de la guerra, eludiendo la cuestión de la verdad.
De las décadas de lógica segregacionista, la lengua alemana aún debe recuperarse. Recuperar el que la diferencia esté “adentro” y no “afuera”. Es decir una suerte de Versöhnung (reconciliación) entre el sujeto y su saberse dividido, o dicho en otras palabras, que el mal no está en el prójimo sino que se trata de alojar a lo heterogéneo, aceptando la subordinación del yo al inconsciente, wo es war, soll Ich werden.....
Hay allí entonces, un tope, un innombrable agujero aún imposible de franquear y que bloqueó al psicoanálisis en alemán.
Si es cierto que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, no es insensato investigar en los vericuetos de la lengua alemana las razones de esta cerrazón.
Por supuesto que el exilio de Freud a Londres también testimonia una suerte de testamento que deja al psicoanálisis por unos años en manos - y orejas - anglosajonas, corriente que lejos de honrar a su creador deja que se le escabulle entre los dedos su esencia, volcándose a una suerte de psicoterapia de la comprensión (“hay que mirar para adelante !”, “con voluntad logras lo que quieras” , etc), apoyo “psi” de la medicación de ultra moda, y tratamientos ready-made para adaptar al sujeto lo más posible a la realidad del supuesto analista, claro que por suerte, por ser supuesto, no deja de producir efectos psicoanalíticos en la cura a pesar de quien la conduce.
Y cuando el psicoanálisis languidecía a causa de ése a-historicismo americano - de corte hic et nunc- , fue insuflado vigorosamente de vida, a través de Lacan y con el retorno a Freud, demarcando el campo Freudiano, cuyo VII Congreso Mundial se celebrará próximamente en París “Abril 2010) en torno del tema “Semblantes y S
Con lo cual el psicoanálisis retoma su palabra, vuelve al sesgo freudiano, a la preeminencia del significante:
Que se diga, queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha.
Y esta preeminencia del sigte nos ayudará a explicar los efectos de las traducciones al castellano de los mayores enunciados freudianos en alemán:
Trieb, Komplex, Verwerfung, Verdichtung, etc.
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